No voy a permitir
que sigas eligiéndome
como tu campo de batalla.
Ahora que has quedado cubierto
por el polvo del olvido
de la casa,
nunca nuestra,
derrumbada.
La guerra está en tu cabeza.
Te ha sido negado nuestro tiempo.
Los escombros yo no los piso,
Y no te miro,
ni en los espejos.
jueves, 8 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario